sábado, 31 de enero de 2015

Chispa

Como una reacción sin acción que de la nada llega, aparece sin más, se muestra y ataca al nervio pensante; esa reacción que nos impulsa a realizar actos pequeños y que son importantes para nosotros y nadie más que nosotros; aquello que nos define como humanos y "civilizados" que somos. Que es capaz de sacar nuestra parte más virtuosa y hacernos llenar el pecho de orgullo, ese orgullo que te retroalimenta y que aunque sea sólo por un minuto termines dando las gracias de pertenecer a una raza bípeda pensante y capaz de sentir desde las formas más surrealistas y abstractas para plasmarlas en algo audible, palpable e incluso visible, algo mágico.
Si, esa reacción es la que llamamos inspiración y que va de la mano casi de forma simbiótica con la creatividad, ése es el impulso que reacciona en un principio y en su forma más pura como una chispa en el vacío de nuestras ideas y vaguedades de nuestros pensamientos, como todo un Bigbang en irrefrenable expansión.
Ese es el inicio absoluto que nos define por sobre cualquier otro ser vivo, esa es nuestra génesis. Actuamos a partir de una simple chispa expandiéndose y tranformándose en inspiración que termina manifestándose en creatividad siendo así finalmente capaces de crear algo bello, destruirlo a nuestro antojo y placer para convertirlo en algo magnánimo y que sea capaz de hacer retumbar las generaciones venideras permitiéndonos así elevarnos a la misma altura que cualquier otro Dios. Ése es el poder de la inspiración.

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