domingo, 25 de enero de 2015

Madrugada

Son las 1:50 AM de un dia Domingo recién recibido y hace calor, observo hacia el techo como si ahí estuviese la respuesta que busco, asi que pienso en un número y la sentencia es rápida y tajante asi que mi cerebro y piel dictan que hay 29° grados de temperatura, pues las gotas de mi frente, pecho y espalda asi lo corroboran.  Escribo en la madrugada, en el apogeo del verano y del concierto de ladridos que hay alrededor del barrio. La noche es agradable pero aun así el reboltijo de palabras que acechan mi cerebro y el ente etéreo de calor que hace lagrimear mi piel y tambalear la concentración hace que sea toda una batalla entre la voluntad y las ganas de hacer cualquier otra cosa que alivie este calor veraniego. Los minutos pasan y aún pienso en querer dormir en el refrigerador y servirme unos cuantos hielos de tentenpiés ¿exagerado? puede que si, pero tampoco suena tan mala la idea después de todo.
Es de madrugada y aún no concilio el sueño, debe ser por eso que escribo - aunque realmente lo hago de mucho antes pero no aquí - o ¿puede que haya algo mas aún? bueno, cualquier otra persona me estaría respondiendo algo como "hey! deberias saberlo ¿no lo crees?" con el ceño levemente fruncido pero prefiero dejarle ese trabajo al Tiempo, ya que no tengo ganas de pensar mucho y él es el sabio aquí, aunque de seguro que tendrá la respuesta a la pregunta, pero algo me dice que se demorará en dármela a conocer, pero no importa, el tiempo me sobra y el sueño aún no piensa en llegar.

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